Se confirma el fallo: Bayer culpable



En la sentencia original, con fecha de 19 de enero de 2010, el juzgado de primera instancia condenaba a pagar la indemnización a la empresa Vita Científica, que comercializó el fármaco y que fue demandada por el paciente junto a Bayer, empresa que lo ideó.
No obstante, en un auto posterior, al que ha tenido acceso Efe, el juez ha corregido su fallo inicial y ha condenado finalmente a la farmacéutica Bayer por las secuelas derivadas de la ingesta del medicamento anticolesterol Liposterol, cuyo principio activo es la cerivastatina.
El juez ha estimado así parcialmente la demanda planteada por Cayo Yánez, que reclamaba una indemnización más elevada por haber sufrido diversas secuelas por la ingesta de este medicamento anticolesterol, en combinación con otro fármaco.
Según el juez, la ficha técnica del Liposterol, cuyo principio activo es la cerivastatina, sí avisaba del riesgo de "rabdomiólisis" -descomposición de las fibras musculares- y de la posibilidad de que este riesgo "aumentara" si el paciente mezclaba la cerivastatina con el fármaco denominado gemfibrozilo.
Pero el prospecto del Liposterol no alertaba de estos riesgos de rabdomiólisis, lo que en opinión del juez convierte el medicamento en "defectuoso" en lo que respecta a su "presentación".
La sentencia argumenta que el Liposterol es "un medicamento que debía dispensarse con receta médica y, por tanto, el médico tiene como obligación la consulta de la ficha técnica del medicamento", aunque "no puede olvidarse que el prospecto no está dirigido al médico, sino al paciente, que carece de esos conocimientos".
El demandante combinó en 2001 la ingesta de Liposterol y de gemfibrozilo, sin conocer los riesgos de la mezcla, y sufrió rabdomiólisis e insuficiencia renal.
En agosto de 2001, la farmacéutica Bayer retiró su fármaco contra el colesterol Lipobay de todas las farmacias, para evitar los efectos adversos que generaba en combinación con el gemfibrozilo.
En España, el Lipobay se podía encontrar bajo este mismo nombre, pero Bayer concedió además licencias para comercializar su principio activo, la cerivastatina, a otras empresas, como Vita Científica, que lo vendió como Liposterol. 

Carta de un león a otro...

"En vista de experimentos planeados con una nueva droga para inducir el sueño apreciaríamos si Ud. pudiera poner a nuestra disposición una cantidad de prisioneros (...)"
"Confirmamos su respuesta, pero consideramos el precio de 200RM por mujer como excesivo. Proponemos pagar no más de 170RM por mujer. Si esto es aceptable para Ud., envíenos las mujeres. Necesitamos unas 150 (...)"
"Recibimos el envío de 150 mujeres. Pese a su condición macilenta, se consideraron satisfactorias. Lo mantendremos informado del desarrollo de los experimientos (...)"
"Los expermientos se realizaron. Todas las personas murieron. Lo contactaremos en breve acerca de un nuevo envío (...)"

Esto no es parte del guión de una película de horror. Son fragmentos de una carta entre el comandante del tristemente célebre campo de concentración de Auschwitz, y un directivo del laboratorio BAYER.



¿Seguís creyendo en la ética de estas empresas, y su preocupación por tu SALUD?

Bayer sancionada por "Arreglar precios" del mercado del caucho

Gracias a una  de las caractarísticas usuales de Bayer, por una vez se ha hecho justicia: 

La Comisión Europea (CE) impuso hoy una multa de 243,2 millones de euros a seis empresas (Bayer, Denka, DuPont, Dow, ENI y Tosoh) por mantener un pacto de precios para el caucho de cloropreno, utilizado en la fabricación de látex para preservativos, suelas de calzado y adhesivos, entre otros productos.
Tras una investigación, el Ejecutivo comunitario llegó a la conclusión de que estas seis compañías acordaron los precios del caucho de cloropreno entre 1993 y 2002, causando un perjuicio claro a los consumidores.
Bruselas incrementó las multas a la italiana ENI y la alemana Bayer, en un 60 y 50 por ciento, respectivamente, por conducta reincidente, pero finalmente eximió a Bayer del pago (le correspondían 201 millones de euros) por haber colaborado con la investigación.
También facilitaron información y vieron parcialmente reducidas sus sanciones la japonesa Tosoh (a la mitad) y la estadounidense DuPont y su filial Dow (el 25 por ciento cada una).
Así, ENI tendrá que pagar 132,16 millones de euros, seguida de DuPont y Dow, con un total de 59,25 millones, la japonesa Denka, con 47 millones, y Tosoh, con 4,8 millones.
En un comunicado, la responsable europea de Competencia, Neelie Kroes, consideró 'decepcionante' que estas empresas no hayan aprendido todavía que deben evitar estas prácticas y mostró su sorpresa porque su actuación sea tolerada por los accionistas y administradores de las compañías.
El caucho de cloropreno es un componente sintético que se deforma bajo presión, para recuperar más tarde su forma inicial.
Tiene diversos usos industriales, desde la fabricación de mangueras, correas de transmisión, adhesivos para calzado y mobiliario, así como látex para equipos de buceo, condones y suelas de zapatos.
Bruselas inició su investigación tras recibir en 2003 una solicitud de Bayer para acogerse a su programa de clemencia, tras lo cual llevó a cabo visitas sorpresa en las sedes de las empresas.
Según la Comisión, entre 1993 y 2002, los seis fabricantes se repartieron el mercado de caucho de cloropreno y fijaron los precios de este producto, para lo que celebraron reuniones periódicas e intercambiaron información confidencial.
Bruselas incidió en la gravedad de estas prácticas y explicó que, a la hora de fijar las multas, tuvo en cuenta, entre otros factores, la facturación de las compañías por la venta de caucho de cloropreno, la cuota de mercado combinada y el alcance geográfico del pacto.

Corrupción: Soborno de Bayer a distribuidores le cuesta 75 millones de dólares

La farmacéutica Bayer va a pagar 75,2 millones de euros al Departamento de Justicia de EE UU para cerrar una investigación sobre presuntos sobornos a distribuidores para que emplearan sus productos. 

La investigación de la división de diabetes de Bayer, Diabetes Care, comenzó en el año 2003 y estudiaba si la farmacéutica presuntamente había pagado sobornos a distribuidores para que éstos empleasen sus productos, según informaba a finales de noviembre la agencia Europa Press. 
La compra del silencio por parte de Bayer cuando puede producirse un escándalo no debe extrañar a nadie; es una práctica, aunque carente de ética, habitual. La ocultación de datos y documentos es una actividad no ajena a Bayer, una multinacional que creció al amparo del régimen nazi de Adolf Hitler durante el siglo pasado y que nunca ha indemnizado a las personas que utilizó como mano de obra esclava en los campos de concentración. No es la primera vez que Bayer paga para comprar silencio. Ya ocurrió con su fármaco anticolesterol Lipobay. Desde agosto de 2001, cuando la casa alemana retiró el producto tras conocer los primeros fallecimientos que provocó, no ha sido posible saber cuántas personas han muerto a consecuencia de su ingesta. En enero de 2002, la Asociación el Defensor del Paciente (ADEPA) calculaba que eran 19 el número de fallecidos sólo en el Estado español, muertas por colapso renal como consecuencia de la destrucción de tejido muscular o rabdomiólisis. En la denuncia que posteriormente puso un grupo de abogados de diferentes lugares de la geografía española, en representación de las víctimas del fármaco Lipobay, la cifra de afectados era de unas 60 personas. 

Ocultar información 
El Juzgado de Instrucción número 16 de Madrid instruyó las diligencias previas contra el Ministerio de Sanidad por permitir, a través de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que se comercializase Lipobay “sin haberse realizado los debidos ensayos clínicos. Las pruebas se concibieron en Inglaterra pero no se utilizaron las personas necesarias para comprobar su eficacia y seguridad, y con el tiempo se demostró que los verdaderos estudios se hicieron sobre la marcha, con la venta del producto en las farmacias”, explicó en su momento Antonio Navarro, abogado que coordinó la demanda multitudinaria contra la Administración sanitaria española. La Audiencia Provincial madrileña archivó el caso al considerar que no existía delito de imprudencia. 

En España no se ha podido conocer si Bayer sabía de antemano los gravísimos efectos de su producto antes de comercializarlo. Ni si la AEMPS permitió su venta con dichos datos en la mano. Los responsables de la Agencia no entregaron la documentación sobre los ensayos epidemiológicos que Bayer tuvo que realizar para que su medicamento cumpliera con los controles de dicha institución, encargada de velar por la salud pública. La AEMPS obvió las preguntas de la oposición en el Parlamento y los requerimientos de los tribunales. Actuó así, como en tantas ocasiones, como garante de los intereses de las farmacéuticas. 

En Alemania sin embargo, el Ejecutivo teutón acusó a Bayer de ocultar los riesgos del fármaco: el secretario de Estado de Sanidad, Theo Schroeder, afirmó que “la empresa ya sabía el 15 de junio [de 2001] que el medicamento contra el colesterol era ‘especialmente peligroso’, pero no lo avisó hasta el 10 de agosto, dos días después de retirar el producto del mercado [vinculado a 52 muertes en aquel país]”. Tras la muerte de un número incalculable de pacientes relacionados con Lipobay, Bayer ha intentado frenar los cientos de demandas que le esperaban con acuerdos ‘amistosos’ más baratos que enfrentar las multas o las demandas de los abogados de los afectados. 


Precedentes 
Pero ha habido otros casos similares. El laboratorio Baxter dio 24.040.400 euros a cambio de que 1.350 familias de hemofílicos fallecidos en España por la contaminación de su sangre con VIH/sida y hepatitis, el 96% del total, firmaran un acuerdo de compensación para evitar la demanda caso por caso, mucho más costosa para la compañía. Laboratorios y autoridades sanitarias españolas conocían la contaminación del plasma sanguíneo y aún así permitieron su aplicación. 

Y para cerrar con otro de los casos del largo historial de Bayer, hay que recordar las denuncias de Alfredo Pequito, ex delegado de Información de Bayer en Portugal, que condujeron a la Inspección General de Salud de dicho país a investigar la supuesta corrupción de médicos portugueses al recetar fármacos a cambio de viajes a congresos. El resultado: la condena de cuatro médicos, el proceso de otros 23 y la apertura de expedientes a 83 más. 


ATROPELLOS FARMACÉUTICOS 
Lipobay 
Este fármaco anticolesterol de Bayer fue retirado en 2001. Con la demanda de 60 afectados, se reconocen, al menos, 19 fallecimientos sólo en España por colapso renal a causa de su consumo. 
Bayer en Portugal 
La Inspección General de Salud en Portugal investigó a Bayer por la supuesta corrupción de médicos portugueses al recetar fármacos a cambio de viajes a congresos. El resultado: cuatro médicos condenados, 23 procesados y otros 83 doctores a los que se abrió expediente. 
Contagio de sangre 
El laboratorio Baxter pagó 24.040.400 euros a cambio de que 1.350 familias de hemofílicos fallecidos en España por la contaminación de su sangre con VIH/sida y hepatitis firmaran un acuerdo para evitar las demandas caso por caso. 

Hay algo peor que contaminar a bebés???

En un histórico estudio dado a conocer ayer, investigadores encontraron un promedio de 200 compuestos industriales, contaminantes y otros productos químicos en la sangre del cordón umbilical de recién nacidos, incluyendo siete peligrosos pesticidas -algunos prohibidos hace más de 30 años en Estados Unidos.
El reporte, "Carga corporal - la contaminación en los recién nacidos", del Grupo de Trabajo Ambiental de Washington, DC, detectó 287 productos químicos en la sangre del cordón umbilical de 10 recién nacidos. De dichos compuestos, 76 producen cáncer en seres humanos o en animales, 94 son tóxicos para el cerebro y el sistema nervioso y 79 causan defectos de nacimiento o desarrollo anormal en pruebas en animales.
Entre los pesticidas más penetrantes que se hallaron: 4,4'-DDE, contaminante y derivado del DDT, prohibido en Estados Unidos en 1972 pero aún usado en otras partes del mundo para controlar a los mosquitos; hexaclorobenzeno, fungicida ampliamente usado en el trigo hasta 1965, cuando Bayer y Dow descontinuaron en forma voluntaria la producción del probable cancerígeno; y Dieldrin, usado rutinariamente en el maíz y el algodón hasta que fue prohibido en 1974 excepto para atacar a las termitas.
Los científicos culpan de la presencia de los pesticidas en la sangre de los bebés al hecho de que muchos de los compuestos tardan decenios en descomponerse y algunos todavía se usan en otros países, los cuales exportan frutas y verduras hacia Estados Unidos.
Además de los pesticidas, en todos los bebés sometidos a pruebas se encontraron compuestos químicos de productos caseros de amplio uso -teflón y Scotchgard. El mes pasado un panel de la Dirección de Protección Ambiental determinó que el PFOA, el compuesto usado para hacer productos antiadheribles, como el teflón, probablemente sea cancerígeno.